Los transformadores de tipo seco suelen tener devanados de cobre o aluminio, también conocidos como bobinas. Los devanados del transformador se refieren a las bobinas dentro del transformador que extraen y distribuyen energía dentro de la unidad. Por lo general, hay dos devanados en un transformador de tipo seco: uno que extrae energía de la fuente y otro que transfiere esa energía a la carga. Tanto los devanados de cobre como los de aluminio realizan la misma función.

Para algunas aplicaciones, un tipo es preferible al otro. La opción que elija depende de las necesidades específicas de sus instalaciones y sus requisitos únicos.

Diferencias entre bobinados de cobre y aluminio
Si bien la mayoría de los transformadores de tipo seco de baja y media tensión se basan en devanados de aluminio para la transferencia de energía, muchos ingenieros y operadores de plantas prefieren los devanados de cobre para aplicaciones específicas. Estas son algunas de las principales diferencias entre los dos tipos:

Costos iniciales
Al principio, los devanados de aluminio son generalmente menos costosos que los de cobre porque el material en sí es relativamente barato de producir. Además, el precio del aluminio ha demostrado permanecer estable durante largos períodos, lo que se traduce en devanados más baratos.

Históricamente, los costos iniciales del cobre han sido más volátiles que los del aluminio. Aún así, aunque los devanados de cobre tienden a ser un poco más caros, muchos expertos creen que este tipo ofrece más beneficios a largo plazo que su contraparte de aluminio.

Costos de operacion
Los devanados de aluminio generalmente ocupan un área de sección transversal más grande de los transformadores de tipo seco que las opciones de cobre. El diseño más expansivo de los devanados de aluminio produce una densidad de corriente más baja, lo que resulta en una menor tasa de pérdida de calor y ahorra más energía en comparación con los transformadores de bobinado de cobre de modelos anteriores.

Los devanados de cobre suelen presentar bobinas más apretadas que también se pueden optimizar para una menor densidad de corriente. En los diseños modernos, gracias a los avances que permiten reducir la pérdida de calor del devanado de cobre, los devanados de cobre a menudo superan a los devanados de aluminio en su rentabilidad operativa a largo plazo.

Fiabilidad
Si bien los devanados de cobre y aluminio brindan las mismas funciones generales para los transformadores de baja y media tensión, el cobre supera al aluminio en lo que respecta a la confiabilidad. El aluminio tiene solo el 62% de la conductividad eléctrica del cobre, lo que hace que el cobre sea un conductor mucho más efectivo.

Un aislamiento adecuado puede garantizar que los factores de pérdida de energía para cada tipo permanezcan equivalentes. La pérdida de calor también depende del tamaño de los devanados, y el aluminio se puede dimensionar fácilmente para compensar este problema. Sin embargo, el cobre generalmente brinda una mayor confiabilidad a largo plazo debido a su fuerza física y resistencia a la deformación.

Vida útil
Si los devanados de cobre y aluminio se instalan y cuidan correctamente, sus vidas operativas deberían ser casi iguales. Una desventaja del aluminio es que, por lo general, es más difícil de instalar que el cobre, lo que a veces genera problemas operativos prevenibles.

Aunque las mejoras en el diseño moderno han permitido a los expertos en transformadores navegar por los problemas técnicos asociados con el aluminio, el cobre suele ser una opción superior para la protección contra las tensiones de corriente de falla y la longevidad general.

El cableado de aluminio es más liviano y de menor costo que el cobre. Sin embargo, dado que generalmente se incorpora a transformadores más grandes y, en consecuencia, más pesados, los beneficios generales de estas cualidades son mínimos. Además, sus pocas ventajas a menudo se ven contrarrestadas por sus muchas desventajas.

La conductividad eléctrica y la conductividad térmica del aluminio son menores que las del cobre. Estas cualidades hacen que los devanados de aluminio sean menos eficientes, lo que puede conducir a costos operativos más altos, y más propensos a las altas temperaturas de los puntos calientes, lo que puede conducir a una vida útil más corta.
Los transformadores bobinados con aluminio producen más ruido durante el funcionamiento que los bobinados con cobre, lo que puede generar peores condiciones de trabajo para los operadores del sistema.